Entre marchas y contramarchas. Apostando al diálogo como centro de su estrategia. Promoviendo, en un hecho sin precedentes, la participación de todos los partidos en la dirección de los organismos públicos. En medio de una inusitada luna de miel con el parlamento. El Presidente Mujica completó sus primeros noventa días de gobierno.
Más allá de las dudas que genera su gestión, y aún cuando las iniciativas legislativas son escasas para el tiempo transcurrido, el Presidente mostró su inveterada capacidad gestual. Gestos país adentro. Gestos país afuera. El saldo parece notorio: una popularidad a prueba de errores. A prueba de “acompañar el consenso” en la UNASUR permitiendo la designación de Néstor Kirchner como Secretario General. A prueba de la competitividad de la producción nacional exportable en caída libre, con excepción de Brasil. A prueba de la extemporánea y confusa comunicación de imponer tributos a la renta generada por residentes en el exterior. A prueba de rumores. A prueba de todo.
Es cierto, el gobierno no termina de delinear su rumbo. Se lanzan ideas que a poco de expresadas se corrigen o se postergan o se archivan. O simplemente cuesta bajarlas a tierra. Transformarlas en un proyecto o una acción viable. Mientras tanto, los partidos de oposición parecen aletargados. Casi espectadores de un gobierno que monta su escena. Como si no hubiera espacio para disentir. Como un jugador de ajedrez desorientado por la movida de su contendor. Víctimas de un encantamiento secular.
Como si el país estuviera ajeno a nuestras miradas, la vida sigue su curso. Y la realidad a la que día a día nos enfrentamos los uruguayos sigue ahí, porfiadamente, interrogándonos, pidiéndonos respuestas. Reclamándonos una reforma de la gestión educativa. La respuesta a la emergencia. Lamentablemente las señales del gobierno no generan esperanzas. Menos de veinte días después de haber acordado un documento que refleja los acuerdos y discrepancias en torno a la educación, el gobierno anuncia el envío de un proyecto que crea un instituto evaluador de la calidad educativa de la educación terciaria. Pero sorpresivamente, excluye de esa evaluación a la Universidad de la República. El reino de la autarquía. Clara señal de que en materia educativa poco se puede esperar de este gobierno. No hay disposición a enfrentar las corporaciones. La educación seguirá siendo el campo de batalla de una lucha ideológica retrógrada y perimida.
Igualmente preocupantes son los anuncios realizados por el equipo económico de gobierno. Especialmente porque consolidan la pérdida de competitividad de la producción nacional. Con un dólar entre un 20% y 30% por debajo de su media histórica, la apuesta del gobierno es Brasil dependiente. Basta analizar el comportamiento del Tipo de Cambio Real (TCR) que publica el Banco Central del Uruguay, para confirmar tal aserto. Si comparamos marzo de 2010 con respecto a marzo de 2005, la competitividad global cayó más de 26%. Fuera de la región el indicador revela un deterioro de casi 38%, y con respecto a la región, algo más de 11%. La región muestra una situación dispar. Con Argentina, la capacidad de competencia se redujo en 37% en los últimos 5 años, mientras que con Brasil se mantiene levemente por encima, 1%. Vale recordar que el año base utilizado para estas comparaciones es el 2000, donde el país arrastraba un rezago cambiario generado en años anteriores.
La situación es parecida a aquel entonces. En el período marzo 1999-enero 2000, el destino de nuestras exportaciones era el que se muestra en la siguiente gráfica. Las exportaciones al Mercosur ya habían recibido el impacto de la devaluación brasilera de enero de 1999, cayendo de 51% a 35%, con respecto al año anterior.
Después de la crisis del año 2002, nuestro país tendió fuertemente a diversificar el destino de sus exportaciones, haciendo sostenible la estrategia de inserción internacional. La gráfica siguiente nos muestra el destino de nuestras exportaciones en el período marzo 2004-febrero 2005.
Finalmente, la composición actual del destino de nuestras exportaciones se refleja en el gráfico siguiente donde se muestra el período marzo 2009-febrero 2010.
El cambio significativo que debemos esperar a raíz de la crisis que enfrenta la Unión Europea es el deterioro nuestra capacidad de competencia, y consecuente la caída de exportaciones con ese destino. De hecho, aunque perdimos competitividad con Europa en los últimos 5 años, si analizamos el período marzo 2010 con respecto marzo 2000, el indicador de TCR en relación a los países europeos se mantenía –salvo el caso del Reino Unido- muy por encima, Alemania (19%), España (34%), Italia (26%), como consecuencia de la apreciación del euro con respecto al dólar.
En consecuencia, la dependencia con Brasil como principal destino de las exportaciones uruguayas se acentuará. Para corregir esta situación, era esperable que el Ministerio de Economía y Finanzas generara un mayor superávit primario que permitiera mejorar nuestra competitividad. Sin embargo, la proyección de déficit fiscal para 2015 es de 0.8% del PIB. En tal caso, si se cumplen las proyecciones del gobierno con respecto al tipo de cambio, los intereses que pagará nuestro país por concepto de la deuda pública será 3% del PIB, o sea que el superávit primario será apenas 2.2%, lo que es absolutamente insuficiente para corregir la pérdida de capacidad de competencia.
En particular nos preocupa la dependencia con Brasil. Especialmente si tenemos en cuenta la advertencia que el Premio Nobel de Economía Paul Krugman hiciera con respecto a Brasil, en diciembre del año pasado, alertando sobre la apreciación de la moneda brasilera. Aún cuando reconoció el buen desempeño de Brasil frente a la crisis internacional, expresó que ello no justifica los niveles de apreciación del real. Y alertó: "Los mercados están perdiendo contacto con la realidad." El tipo de cambio, dijo, está siendo empujado a un territorio "sin precedentes" que tiende a afectar a las exportaciones y que puede perjudicar la propia recuperación de la economía. Krugman también advirtió sobre el riesgo de que los flujos exagerados de capital extranjero alimenten la formación de “burbujas domésticas”. En los Estados Unidos, parte de la burbuja inmobiliaria se debió a fuertes ingresos de recursos externos, recordó.
La Unión Europea está tratando de capear la crisis que pone en cuestión su unión monetaria. En tales circunstancias mejor sería que fuéramos más precavidos. Que el superávit fiscal primario rondara al menos el 4% del PIB. De lo contrario estaremos muy expuestos, nuevamente, como en 1999, a los avatares de nuestro vecino norteño. El mundo está convulsionado. Este tiempo nos exige ser previsores. ¡Ojalá que así sea!
Cr. Iván Posada
Iván Posada es Diputado por Montevideo en representación del Partido Independiente. Es egresado de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República, con el título de Contador Público-Licenciado en Administración. Posee un Posgrado en Finanzas y cursó la Maestría en Finanzas en el Centro de Posgrados de la misma Facultad.
jueves, 3 de junio de 2010
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