lunes, 1 de marzo de 2010
Mujica asume la Presidencia con grandes desafíos económicos
Con una carpeta llena de proyectos, un orden de prioridades y algunas metas, no muchas pero sí ambiciosas, el principal dirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), ex guerrillero en los 60 y que estuvo preso en cuatro ocasiones, asumirá esta tarde la presidencia en Uruguay.
Ante varios mandatarios de la región y en una jornada histórica para Uruguay, que durante 175 años de vida estuvo dominado por los partidos tradicionales Colorado y Nacional, ahora relegados a ser minoría en ambas cámaras legislativas, Tabaré Vázquez entregará el poder a su sucesor, de su mismo signo.
En el cambio de mando, estarán presentes los presidentes Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Cristina Kirchner (Argentina), Fernando Lugo (Paraguay), Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Alvaro Uribe (Colombia), y Rafael Correa (Ecuador). Por el terremoto en Chile, Michelle Bachelet comunicó que había suspendido su viaje a Uruguay (tenía planificado llegar con su sucesor, Sebastián Piñera). También llegará a Uruguay el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.
Cerca de cumplir 75 años, Mujica seguirá viviendo en su modesta chacra de las afueras de Montevideo, donde cultiva flores y produce hortalizas. Además, donará la mayor parte de su salario como ejemplo de austeridad que quiere transmitir al manejo presupuestal, con la advertencia a los sindicatos de que el nuevo gobierno se manejará con prudencia fiscal.
Mientras tanto, los desafíos económicos fijados, de aumentar la inversión privada a tasas inéditas y de eliminar la indigencia y elevar el nivel de vida de los pobres, parecen alentadores en los papeles pero no simples en la práctica. Mujica ha generado muchas esperanzas entre los sectores más humildes y en los últimos tiempos ha generado expectativas en inversores multinacionales que buscan destino seguro para poner a trabajar sus capitales.
¿A quién defraudará en el camino? ¿Será posible dejar conformes a todos? Sindicatos obreros y cámaras empresariales se proponen incidir en la agenda del presidente que asume mañana 1º de marzo: unos para mantener el ritmo de mejora salarial de estos años y otros para lograr una mejora de la competitividad perdida en los últimos tiempos por la baja brusca del tipo de cambio.
Con mayoría en las dos cámaras legislativas, con un gabinete que contempla todos los sectores de la coalición de izquierda Frente Amplio y con una oposición que está en calma por el ofrecimiento a coparticipar en directorios de empresas públicas y otros entes, Mujica comenzará su gobierno luego de un inusual quinquenio de bonanza pero con restricciones fiscales que impiden una continuidad del aumento del gasto.
Habrá menos para repartir aunque eso no disminuye la aspiración de Mujica de hacer obras de infraestructura y ayudar a los pobres.
Los salarios han aumentado mucho (casi 30% en términos reales pero más aún en dólares) y eso complica a las empresas que salen a vender al mundo y también de las que compiten con productos importados. El costo laboral se hace pesado en la ecuación de las compañías.
El crecimiento salarial fue posible porque la economía tuvo un espectacular crecimiento, favorecida por una sostenida demanda de los productos locales, que además tenían precios en alza, pero además como rebote de una crisis financiera dura que había estallado en 2002.
Entonces, Uruguay atravesaba la recesión más larga de la historia (desde fines de 1998 hasta 2003) y el salario había tenido una amarga pérdida de su poder adquisitivo. El crecimiento comenzó en el último año del gobierno de Jorge Batlle y se extendió y se hizo más intenso en casi todo el período del frenteamplista Tabaré Vázquez.
Durante la crisis de principios de siglo hubo un rebrote de inflación, la producción se había contraído en forma extraordinaria y se generaba mucha capacidad ociosa en las fábricas, el desempleo había llegado a 20% de la población activa y la pobreza -medida por ingresos- había crecido a casi 40%.
El cambio de escenario externo y la recuperación de inversión y consumo local derivaron en aumento de producción, baja de desempleo a niveles muy bajos (6,6%), mejora de poder adquisitivo de los hogares y reducción de la pobreza.
La indigencia se redujo a 1,8% y Mujica se propone eliminarla. "Para eso haremos un plan de vivienda pero fundamentalmente de integración social", acaba de decir el nuevo presidente, que apuesta a contar con apoyos de fuera del Estado: con voluntariado y con aportes de donaciones privadas.
Eso por dos razones: porque Mujica se ha propuesto una extrema prudencia fiscal, como señal política y como expresión de conducta personal, y además porque el peso del endeudamiento público obliga a no recaer en mayor déficit para que la deuda no aumente más.
Como se estima menor ritmo de crecimiento que el quinquenio pasado y como "el gasto se encuentra en niveles altos en relación al PIB", el fisco "va a tener mucho menos espacio de crecimiento", dijo a lanacion.com el economista Pablo Rosselli, de la consultora Delloite. "Las decisiones en este período de gobierno serán más difíciles (que en la administración Vázquez) porque habrá menos margen de acción y será más necesario establecer prioridades", añadió.
Además, hay expectativas de alivio impositivo. El asesor económico de la central sindical, Pablo Biai, dijo a lanacion.com que se espera una baja del "peso de los impuestos indirectos que castigan en mayor proporción a la población de menores recursos".
En el corto plazo, el gobierno de Mujica tendrá dos negociaciones claves: el diseño y debate sobre el Presupuesto 2010-2015 y la renovación de los acuerdos salariales. El asesor sindical dijo que se espera una negociación sobre "el crecimiento salarial basado en la productividad" pero que en ese caso los gremios reclamarán que se introduzcan "derechos de cogestión donde los trabajadores tengan voz y voto" sobre decisiones empresariales.
En el vaivén de reclamos y de necesidades de atender, las prioridades presupuestales y el reparto de la torta, estarán los desafíos económicos del veterano militante de izquierda que próximo a cumplir 75 años asumirá hoy la Presidencia del Uruguay.
(Tomado de lanacion.com)
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