domingo, 30 de mayo de 2010

Partido Independiente evaluó elecciones departamentales

El Partido Independiente evaluó en conjunto el resultado de las elecciones departamentales, llevadas a cabo el pasado 9 de mayo.

Según dijo el diputado Iván Posada en radio Carve, el Partido Independiente queda sumido en la "polarización" que se genera en muchos departamentos a causa de las propuestas de los demás partidos. "Creo que se materializó en muchos departamentos", dijo.

Posada agregó que esto "determinó que la votación del Partido Independiente estuviera, más o menos, en los niveles que habían tenido en las elecciones departamentales de 2005".

Sin embargo, el diputado aclaró que el partido no sólo trabajó para obtener resultados concretos, sino que también lo hace para generar aportes que lleven a cabo otros partidos.

"La participación del Partido Independiente ha sido muy importante. Muchos de los que han resultado electos intendentes han mostrado y han señalado lo que han sido los aportes de nuestro partido", dijo. Además, puso el ejemplo de Salto, en donde se le solicitó a los independientes que participen en la gestión comunal.

Junta Federal del PI definió nombres para ocupar cargos

La Junta Federal del PI definió postular al Cr. José Luis Damonte para integrar el directorio del Banco Hipotecario del Uruguay (BHU); la Dra. Mariella Demarco para la Secretaría Letrada de la Corte Electoral y el A.S. Dardo Rodríguez para ocupar una silla del directorio del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU).

También se analizó un informe donde cada departamental informó sobre los resultados obtenidos en las últimas elecciones municipales.

El diputado Iván Posada dijo en radio Carve que la actitud del gobierno respecto a la asignación de cargos es "muy positiva". "Al comienzo de este periodo de gobierno el presidente Mujica ha demostrado una actitud de diálogo que es muy importante para el país. Y creo que esta actitud de diálogo ha sido correspondida por los tres partidos de oposición. Hemos asumido el compromiso de buscar rápidamente acuerdos", afirmó.

"Yo creo que, en ese sentido, este comienzo es muy auspicioso y ojalá que en lo que respecta a la propia actividad parlamentaria y a los que son las consideraciones de los proyectos de ley que llegan se mantenga esta actitud en donde se privilegie el espíritu de diálogo y de acuerdo", agregó.

PERFILES DE LOS NOMBRES ELECTOS
José Luis Damonte

A sus 70 años es contador público, ha sido integrante de varias cátedras de la Facultad de Ciencias Económicas.

Ha ocupados diversos cargos de relevancia en el ámbito privado, siendo Contador General y Gerente de Planeamiento en la empresa ONDA, integrante del Comité Ejecutivo y Comité de Gerencial de Gestión de UCM, donde también fue Gerente de Finanzas y Gerente General de dicha empresa.

Integró asimismo el directorio de Arco S.A. (Aerolíneas Colonia), el directorio de ANETRA (Asociación Nacional de Empresas de Transporte Automotor), el directorio de Banmédica Emergencia Móvil (Chile), Presidente de la Cámara de Emergencias Móviles del Uruguay.

Mariella Demarco

Con 54 años es abogada, especialista en Derecho Laboral, fue funcionaria del MTSS, asesora de diversos sindicatos a partir de 1991, fue electa diputada suplente por el departamento de Montevideo (1994, 1999 y 2009).

De su actuación parlamentaria destaca la elaboración y presentación de un proyecto de Ley sobre investigación de la paternidad y otro sobre medidas cautelares en situaciones de violencia doméstica, así como su participación en la elaboración de la Ley de Violencia Doméstica actualmente vigente.

Fue co-coordinadora de la Comisión Programática de Seguridad Ciudadana del PI (2009) y representante del PI ante la Comisión Multipartidaria de Seguridad.

Fue candidata del Partido Independiente a la Intendencia de Montevideo

Dardo Rodríguez

Tiene 48 años es asistente social, diplomado en evaluación de Programas y Proyectos Sociales de infancia y adolescencia. Fue director y responsable de diversos proyectos de la ONG Foro Juvenil. Consultor de Iniciativa Juventud, Fundación Kellogg – USA . Integrante de Equipo evaluador de la gestión del Programa Projoven, Coordinador de OPINO y Vale. Consulta técnica y a adolescentes en el marco de la ENIA. Adolescentes y técnicos en Durazno, Soriano y Tacuarembó.

Ha sido expositor y docente de diversos eventos nacionales e internacionales

Fue Vicepresidente y Presidente de ANONG (Asociación Nacional de ONGs).

jueves, 27 de mayo de 2010

Deporte y violencia / Hebert Gatto

El resultado de los festejos peñarolenses no fue devastador; algún contuso, un accidentado, muchos detenidos, ningún procesado. Aparentemente, escasos daños materiales. Otra historia son las imágenes que recibimos. De un lado, una turba juvenil, apedreando, amenazando, destrozando, colgada a lo que encontraba, del otro, motos en formación, escudos, rifles, palos, cascos, caras anónimas y cuerpos uniformados en avance, la represión desatada. Peor, muy difícil. Solo quisiera aportar unas escuetas reflexiones sobre el tema, por más que ninguna solución se propondrá en estas notas, dirigidas a la exposición de una dolencia social en aumento.
La violencia deportiva y la delictiva, aún emparentadas socialmente, no son equiparables. En el delito, el cálculo del éxito es ingrediente causal: la violencia instrumental. No ocurre así en el deporte donde la derrota del propio equipo o el triunfo, y las exteriorizaciones que los acompañan, se viven como hechos personales, desventuras o logros emocionales referidos a lo existencial identitario de cada uno y no a la supervivencia material. De allí que la reacción agresiva –contra el rival o eventualmente la autoridad- sea una manifestación espontánea de sobre compensación a una identidad menoscabada por la derrota o una ratificación exultante de su superioridad, en el caso inverso, pero diferente a la que opera en el campo penal.
Cierto también que los violentos en el deporte, especialmente en el fútbol, son en su mayoría, aunque no exclusivamente, marginales, lo que no supone que todos los marginales sean violentos. Lo relevante aquí es la marca identitaria, que normalmente no otorga el delito, pero sí la confieren ciertas identificaciones grupales, además de la capacidad, progresivamente más activa, especialmente entre los jóvenes, para emblematizarla y defenderla. Dado que el marginal, por razones preponderantemente económicas y culturales, tiene un fuerte déficit de integración ello lo fuerza a identificarse con los subgrupos más próximos o accesibles, que en el Uruguay, a falta de bandas juveniles, suelen ser deportivos.
En un mundo donde los derechos del hombre son enfáticamente afirmados, donde la dignidad intrínseca de hombres y mujeres y su capacidad de rebelarse si tales derechos les son negados se ha convertido en lugar común de la conciencia colectiva, no cabe extrañarse que sectores que asumen que ese persistente discurso no los alcanza ni satisface, tiendan a sentirse extraños respecto a una identidad pretendidamente igualitaria que les es ajena, incluso generacionalmente, y a la que terminan rechazando.
Cuando, para vengar su desolación por la derrota personal y grupal, procuran protestar, ello les resulta limitado o vedado. Tampoco pueden celebrar a su estilo, sus logros identitarios en los campos de juego, la única vía que conocen para reafirmar su alteridad y para ellos, uno de sus más netos derechos. Mermada su individualidad, vigilados y desconocidos por el común, su reacción es la violencia desnuda. La de quienes no pueden ser. No por eso la sociedad debe permitirla. Sólo que la dificultad no radica en el deporte, ni en la patología de unos pocos, radica en la creciente marginación y en sus vínculos con la infantilización de la pobreza y los déficits educativos.

Reforma del Estado: los giros copernicanos / Pablo Mieres

Cuando el Presidente Mujica, para responder a los sindicalistas del sector público sobre los cuestionamientos que les había hecho, citó a Benedetti no hizo más que volver al origen de las viejas denuncias y cuestionamientos que la izquierda uruguaya hacía al viejo Uruguay batllista que declinaba a mediados de los sesenta.

Siempre me pareció una gran paradoja que el Frente Amplio, representante de la izquierda uruguaya más tradicional, alcanzara el gobierno apañando y apuntalando el más rancio corporativismo del aparato sindical estatal. En efecto, buena parte de la crítica al Uruguay que los partidos tradicionales habían forjado en los años cuarenta y cincuenta era expresada fuertemente por la izquierda a través de sesudos análisis intelectuales y de la mano de una literatura que tenía en “El país de la cola de paja” una de sus biblias más citadas.

La izquierda uruguaya en los sesenta cuestionó duramente al viejo Uruguay por su burocracia, por su conversión en una gran “oficina pública” clientelística y enroscada en su medianía, incapaz de superar la lógica de “conseguir un empleo público” para progresar gradualmente a la espera de la jubilación, sin otro incentivo que el mero transcurso del tiempo de manera rutinaria y sin solución de continuidad.

Pues bien, pasaron los años y la misma izquierda que cuestionaba y denunciaba al “país de la cola de paja” comenzó a defender y reivindicar los derechos de la misma burocracia que antes denunciaba. Apañó y apoyó cada reivindicación de los sindicatos del sector público que, una y otra vez, defendían corporativamente sus derechos sin generar las correspondientes contrapartidas de cambio o mejora en su funcionamiento.

La misma izquierda frenteamplista desde la oposición cuestionó todas y cada una de las iniciativas de reforma del Estado tildándolas de “neoliberales” y “entreguistas”; demonizó las asociaciones con privados, las concesiones o peor aun la venta de capitales accionarios del sector público al privado. Levantó un referéndum tras otro contra cada una de las iniciativas de transformación del Estado. Mejores o peores, más profundas o más leves, ninguna iniciativa de cambio en la estructura del Estado era vista como positiva para la izquierda en la oposición.

Los representantes más conspicuos de los intereses corporativos del funcionariado público fueron respaldados una y mil veces por la fuerza política de izquierda, defendiendo insólitamente al denostado país burocrático que nos pintaba Benedetti con agudeza y crudeza en sus ensayos y poemas.

Se había producido el primer giro copernicano. Las causas que antes se indicaban como propiciadoras de nuestras desgracias, se convertían ahora en motivos de defensa de un Uruguay que la “piqueta fatal del progreso” de la derecha neoliberal quería destruir.

Pero pasados los años y acumulado el poder necesario, entre otras cosas sobre la base de defender al viejo Uruguay burocrático y tradicional y a su paquidérmico funcionamiento vetusto y lentísimo, el Frente Amplio finalmente accedió al poder, convertido en el defensor de aquel Uruguay tradicional de “Maracaná y sus alrededores”.

Pues bien, ahora estamos en presencia del segundo giro copernicano.

En el ejercicio del gobierno la izquierda llevó adelante asociaciones con privados, enajenó capitales accionarios del sector público al privado, concedió servicios públicos a privados sin pestañear y sin dar la correspondiente discusión ideológica.

Pero particularmente en esta nueva etapa y de la mano de su nuevo Presidente, la izquierda frenteamplista vuelve a sus orígenes y señala la imprescindible e inevitable necesidad de transformar el Estado, señalando que los funcionarios públicos deben estar al servicio de la ciudadanía y no de su propio interés; que no deben dedicarse a “vegetar” en sus funciones por décadas esperando simplemente el día del retiro y que debe impulsarse una profunda transformación del Estado para que deje de ser un “peso negativo” sobre las oportunidades de desarrollo de nuestra sociedad.

Es Mujica quien pone arriba de la mesa un retorno al viejo discurso de la izquierda que en los sesenta había construido su bandera sobre la base de la imprescindible transformación del Estado.

Por supuesto que esta novedad impacta sobre las cabezas atónitas de los dirigentes sindicales que sienten que quienes antes los defendían y amparaban acríticamente, ahora les “señalan con el dedo” y les reclaman transformaciones rigurosas y contrarias al interés de sus propias realidades inmediatas.

Bienvenido el nuevo giro copernicano que el Presidente Mujica pretende darle a las concepciones de su fuerza política. Bienvenido su retorno a las fuentes citando las ya añejas denuncias de Benedetti sobre aquel viejo Uruguay decadente. Bienvenidos estos esfuerzos por cambiar una realidad, más allá de que durante décadas dicha realidad haya sido usada para acumular poder sobre la base de defender aquellas prebendas y privilegios.

Nosotros, más allá de las paradojas y los cambios de posición, reivindicando posiciones progresistas, acompañaremos y apoyaremos las transformaciones anunciadas que, esperamos, trasciendan los discursos sensatos y compartibles para convertirse en vigorosas políticas de transformación verdadera de nuestro rígido aparato estatal.

lunes, 24 de mayo de 2010

Algunas perlas de la campaña que acaba de culminar (tomado de uyelecciones2009.blogspot.com)


Finalmente terminaron las elecciones, y se respira como un ambiente a alivio.

Por momentos hubo opiniones y fundamentos interesantes, así como buenos cruces de opiniones sobre diferentes temas del país.

Por otros momentos parecía un verdadero circo, o para muchos una película de terror, por las cosas que se veían y escuchaban.

Se entiende que detrás de frases ácidas y publicidades tontas hay en muchos casos una verdadera lucha ideológica y de conceptos sobre la democracia y los diferentes posibles caminos a recorrer. Pero de a ratos se llega a un punto que desmotiva a participar hasta al más demócrata y/u oportunista.

El siguiente punteo no pretende ser completo, pero sí pretende enumerar unas cuantas perlas vividas en la campaña electoral que dan al menos como para discutirlas o analizarlas.
De izquierda como de derecha.

- Vázquez siendo el presidente marcó la cancha diciendo como debería ser para él la fórmula presidencial. Astori presidente y Mujica como vicepresidente era lo que sugería.

- La estructura del FA nombra como presidenciables a Mujica en primer lugar, a Carámbula luego, y en un (para muchos rezagado) tercer lugar a Astori.

- Lacalle le da vuelta el partido a Larrañaga y vuelve a ser el 1 en el Partido Nacional.

- Esteban Valenti (publicista de Tabaré) escribía artículos diciendo que si Astori no era el presidenciable “podía pasar lo peor”, haciendo referencia a que el FA perdía las elecciones.

- Aguirre (ex vicepresidente) comparó a Mujica con Hitler.

- Novoa (como vicepresidente) comentó en un acto de la 738: “Al único precandidato que le entra la banda presidencial es a Astori”

- Los dirigentes de Asamblea Popular comentaban que si ganaba Mujica era lo mismo a que ganara Lacalle.
- Hugo de León se pasó haciendo campaña repitiendo las mismas dos frases todo el tiempo.
- El libro "Pepe Coloquios" y el revuelo que armó las cosas dichas por el actual presidente sobre propios y ajenos, y cosas sacadas de contexto usadas en la campaña.

- Dos plebiscitos con una difusión pésima de porque sí o porque no. De democrático esos plebiscitos tuvieron poquito y nada. Con el mecanismo usado, al que no le importaba o no sabía votaba que No.

- Por miedo a que le perjudique para la elección nacional, el FA y sus candidatos poco apoyaron la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.

- Bordaberry dijo apoyar a Lacalle, pero en los hechos se mantuvo prácticamente al margen sabiendo que no le convenía acercarse a la figura de Lacalle.

- La cumbia del Qki y su coreografía.

- El niño pelirrojo contratado por los colorados como actor.

- El Partido Socialista hizo pintadas por Montevideo escribiendo “Martinez Presidente”, y a los 8 meses hizo pintadas escribiendo “Martinez Intendente”.

- La entrada a la política del facebook y su capacidad de movilización como medio de comunicación.

- Esteban Valenti escribe previo a las municipales un artículo diciendo que por primera vez dudaba si votar en blanco o al FA. Y luego de las municipales escribe titulando “Al pan pan, y al vino vino”.
Y hubo más..

domingo, 16 de mayo de 2010

Luz verde a recurso de Mieres ("El espectador")

La Suprema Corte aprobó ingreso formal a la acción de inconstitucionalidad contra la Ley de Descentralización (municipios) presentada por el Partido Independiente.

La Suprema Corte de Justicia emplazó a todos los partidos políticos, a los gobiernos departamentales, a la Corte Electoral y al Parlamento, para que se pronuncien sobre este tema.

El líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, se mostró conforme con el avance del trámite, y expresó que “la idea es que, antes que la Corte analice la inconstitucionalidad, escuchar al resto de los que nosotros entendemos debieran ser parte. Es decir, quienes son interesados en la inconstitucionalidad de la ley, porque de alguna manera u otra, los afecta”.

Mieres instó a “que ahora la palabra la tienen los demás partidos, los gobiernos departamentales, la Corte y el Poder Legislativo. Y luego recién vendrá el estudio del fiscal de Corte, luego del de los ministros de la Suprema Corte de Justicia”.

De prosperar el recurso, que fue presentado un día antes de la veda previa a las elecciones municipales, podría convertir en nulos los actos de los alcaldes electos el pasado 9 de mayo.

jueves, 13 de mayo de 2010

Mi urna izquierda / Alejandro Nogueira (tomado del diario El País)

Entre los pesados sedimentos que dejaron las elecciones municipales, se destaca con mayor perspectiva ciudadana la cuestión de la reforma electoral.

En el Frente Amplio -y también en las demás colectividades-, son más los que, a la hora de la autocrítica ante los resultados, prefieren ver el vaso medio lleno al medio vacío: es parte de la miopía política de quienes creen que la gente es tonta.

Si la coalición de izquierdas recibió el mensaje de que una parte del electorado los castigó, los partidos tradicionales, pese a sus triunfos municipales, no recapturaron a ese electorado que aún no confía en ellos, señal de que la renovación no ha madurado todavía. No obstante, las municipales permitieron que algunas figuras nuevas levanten cabeza y se incorporen al refresque de las colectividades históricas sin que, por ahora, los cruces de votantes o las adhesiones de pequeños caudillos locales al partido dominante, configuren una coalición rosada que, a la postre, debilitaría el sistema institucional de partidos en beneficio de apetencias cortoplacistas.
Argüir que los malos resultados de unos u otros están ligados al extenso cronograma electoral y que resulta necesario reformar este marco legal es, creo, mezclar temas diferentes. La sucesión de elecciones y lo extenso de las campañas obedece a modificaciones en la legislación electoral que siempre tuvieron una víctima. Fueron inventos que se volvieron contra el inventor. Las mayorías automáticas en las Juntas Departamentales o el balotaje fueron expedientes destinados a frenar el avance electoral de la izquierda y lo que terminó fortaleciéndola; las alcaldías son un intento de extender el aparato político de la izquierda al socaire de la descentralización. Los descentralizadores Centros Comunales Zonales fracasaron y las alcaldías van a fracasar porque lo descentralizado no puede funcionar bien si lo centralizado funciona mal, y eso es el mal aplicado centralismo democrático leninista que significa aquí que quien está arriba tiene razón.

Hoy todos quieren una nueva reforma electoral, pero no quieren la misma reforma. Unos quieren internas y candidatos únicos a la presidencia, pero también quieren candidatos múltiples a las intendencias o a las alcaldías. Se denuesta la acumulación por lemas, pero se inventan acumulaciones similares, como los "sublemas técnicos", o estas candidaturas múltiples. Cualquier reforma electoral especulativa estará condenada a una revisión prematura. Acollarar todos los niveles del poder al candidato presidencial no es una buena solución, porque se pierde la riqueza municipal, que responde a otras pautas ciudadanas; la multiplicidad de candidaturas a cargos ejecutivos torna inútil las internas; una elección parcial a medio mandato del legislativo es un soplo en la nuca de una gestión mediocre; la representación proporcional en los organismos legislativos es un imperativo democrático.

El debate está, pero difícilmente cuaje en un cambio, porque se vienen otras premuras políticas. Se replanteará cuando se necesite flexibilizar lemas para nuevas alianzas. Así, la reforma electoral será, otra vez, una respuesta coyuntural; no la acción de un pie sano guiada por el vigoroso lóbulo de la creatividad democrática.