Cuando todo parecía más difícil en el diferendo con Argentina -así incluso lo había comunicado el gobierno a la oposición- la repentina intervención del Presidente, desbloqueó la situación. Hasta ese momento la insistencia de los vecinos en que el considerando N° 281 de la sentencia de la Corte Internacional habilitaba su ingreso continuo y sin restricciones en UPM constituía un decisivo impedimento para el acuerdo.
La empatía entre los presidentes, sumada a la capacidad de convicción de Mujica, persuadido que las buenas relaciones con Argentina, son vitales para el país, permitió superar una coyuntura inquietante.
El acuerdo, si bien todavía impreciso y requerido de voluntad y buena fe de ambas partes para su cumplimiento, implica el monitoreo conjunto de todo el río, comenzando con la planta de UPM, con lo que el eventual debilitamiento de la soberanía, (en tanto habilita controles sobre el territorio de sus márgenes y no solamente sobre el río), resulta voluntario y recíproco.
De este modo, sin desconocer a la Dinama o a su equivalente argentino -lo que significa mantener el régimen soberano del Tratado y Estatuto-, se refuerza la dimensión supranacional del mismo, en que tanto insistió la Corte, en el entendido que beneficia a ambos ribereños. En síntesis un buen acuerdo, que hubiera resultado aún mejor si se hubiera admitido en el Comité Científico que estatuye, la presencia de algún técnico neutral, rompiendo el previsible empate en sus decisiones.
Adicionalmente, el referido Comité funcionará dentro de la competencia de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) aplicando sus reglamentos y sujeto a su jerarquía funcional, implicando algo muy importante para ambos países, particularmente para Uruguay: ratificar el Estatuto de 1975, que cuenta con jurisprudencia de la Corte respecto a funciones, naturaleza y alcance, lo que facilita enormemente su interpretación.
En 1841 Thomas Carlyle publicó "Los Héroes", destacando, con desmesura, el papel insustituible de algunos hombres en la historia de la humanidad. Casi medio siglo más tarde Georgi Plejánov, se planteó refutarlo con "El rol del individuo en la historia" de 1898, aduciendo, como buen marxista, que los acontecimientos civilizatorios eran producto, mediato o inmediato, de causas económicas de largo aliento. El conflicto entre deterministas e idealistas sigue y seguirá sin dilucidación definitiva, pese a que la implosión del socialismo real, en opinión de muchos, haya refutado por la vía de los hechos la interpretación "materialista de la historia". Se dirá que es posible que el largo conflicto entre uruguayos y argentinos, atendiendo a los vínculos de ambos pueblos, se hubiera arreglado de una manera u otra, pero también es concebible que sin la contribución de José Mujica, sin su optimismo, capacidad negociadora y dedicación a este tema, hubiéramos podido seguir por muchos años querellando con los vecinos. Esto no confirma ni desmiente las tesis de Carlyle, sólo demuestra que hay hombres que en ocasiones aceleran la buena marcha de la historia y que de ese modo nos prestan a todos un gran servicio. ¡Chapeau Presidente!
jueves, 5 de agosto de 2010
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