miércoles, 17 de febrero de 2010

La orquesta sonó muy bien / Pablo Mieres


El pasado miércoles el Presidente electo, José Mujica, se presentó en el Hotel Conrad en un almuerzo multitudinario con la presencia de alrededor de mil quinientos participantes.



Entre ellos se encontraban numerosos empresarios nacionales y extranjeros, muchos de ellos importantes y también curiosos por escuchar el planteo de un presidente que, históricamente, no había tenido entre los empresarios a su auditorio más cercano o favorable.

Pues bien, la orquesta sonó muy bien. Cada cual atendió con solvencia y excelencia a su propio juego y el ganador fue el país que mandó una señal clara e inequívoca de apertura a nuevas inversiones con las consiguientes garantías jurídicas y políticas.

El solista principal ejecutó su interpretación con gran capacidad y encanto. En efecto, el Presidente electo sorprendió gratamente a toda la concurrencia brindando un discurso que, sin abandonar su tradicional y pintoresco estilo y lenguaje, marcó con contundencia su interés y preocupación por captar la atención de los empresarios presentes buscando demostrar que la inversión en nuestro país es una decisión positiva y favorable a sus propios intereses.

Su pieza oratoria fue perfecta, desde el punto de vista de una concepción de filosofía política absolutamente identificada con una concepción liberal y democrática, consustanciada con el respeto a las reglas del mercado y ubicando la presión tributaria como un componente subordinado a la búsqueda de recursos para responder a las necesidades sociales de nuestra población.

La intervención se mantuvo siempre en un nivel de abstracción general, correspondiente a la filosofía política, pero expresó una concepción que daba inequívocas señales de tranquilidad e interés a los empresarios allí presentes.

La segunda voz, el Vicepresidente electo Danilo Astori, también cumplió su papel con idoneidad y solvencia. Su discurso estuvo concentrado en la expresión de los objetivos de la política económica del próximo gobierno y dio las necesarias garantías de continuidad con respecto a lo actuado por el gobierno saliente.

De esta forma, satisfizo y respondió a las inquietudes de los empresarios presentes.

Pero la orquesta completó una jornada perfecta con la presencia de los ex Presidentes de la República y los principales dirigentes de todos los partidos de oposición, brindando el apoyo y el acompañamiento necesario e imprescindible para dar una imagen total de un país serio en el que, más allá de las lógicas diferencias políticas, existen consensos amplios sobre la búsqueda del desarrollo y el crecimiento de nuestro país.

La interrogante ineludible que surge luego de esta manifestación de un país democrático, confiable y abierto que abre sus puertas y propicia el clima adecuado para nuevas inversiones, es si estas expresiones compartibles en el plano filosófico y de los objetivos generales de política económica, tendrán su correlato consistente en las medidas concretas de las diferentes políticas sectoriales.

En definitiva, la cuestión pendiente que habrá de testearse en los próximos tiempos, es si el discurso filosófico de principios y valores orientadores de la práctica económica y sus objetivos proclamados, guardarán coherencia con las medidas y decisiones concretas que se impulsarán desde el próximo gobierno.

Esta interrogante se alimenta de la notoria disonancia existente entre esta presentación realizada ante el público del Hotel Conrad y las concepciones y medidas propuestas por el Congreso del Frente Amplio que proclamó como candidato a Presidente a José Mujica. Es notoria la diferencia política e ideológica entre los discursos escuchados y las concepciones dominantes en buena parte del aparato político y militante del Frente Amplio.

La cuestión que deberá manejar el nuevo gobierno es esta cierta esquizofrenia que permitió al gobierno saliente llevar adelante una orientación económica bien diferente a la esperada o reclamada por su aparato militante. Mujica apareció como el encargado de volcar las políticas públicas hacia una concepción más decidida de "izquierda", pero su discurso de días atrás confirma con contundencia la continuidad con lo actuado en los años recientes.

Lo importante, más allá de estas incógnitas, es que la orquesta sonó muy bien y las perspectivas parecen ser compartibles.

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