sábado, 20 de febrero de 2010

Documento del PI sobre educación media / Javier Lasida José Rilla



El Partido Independiente presentó un documento sobre Educación Media Básica en la Comisión Multipartidaria sobre Educación.
El documento que fue elaborado por José Rilla y Javier Lasida fue presentado en la reunión de la Comisión Multipartidaria sobre Educación que se realizó el jueves 18 de febrero.

1. La educación media uruguaya expresa como pocos niveles las dificultades de la educación nacional. Recibe la herencia universalista de amplísima cobertura que es la educación primaria, y sirve de puente a un grupo mucho menos universal de estudiantes que tienen finalmente el privilegio de ingresar a las universidades. Desde su fundación en Uruguay y en muchos países del mundo, la educación media hace honor a su nombre cada vez con mayor sentido: entre la escuela y la universidad, entre el primer aprendizaje y el mundo del trabajo, entre la infancia y la adultez. Sin embargo, el camino es tortuoso y como es sabido no siempre se alcanza la universidad, el trabajo y la madurez.
La educación media es también uno de los ámbitos colectivos que expresa y refleja con más fuerza, para bien y para mal, los cambios de la sociedad, la cultura, la economía, la tecnología.
2. Antes de reconstruir el punto de partida del Uruguay, ciertamente problemático, conviene tener presente que en muchos países –ricos, medianos y pobres- mas allá de la calidad de los aprendizajes, la educación media sufre una crisis de identidad y de sentido; no alcanza a resolver satisfactoriamente las cuestiones referidas al qué y al para qué. Es obvio que estas incertidumbres se vuelven especialmente gravosas en contextos sociales adversos.
3. Durante las últimas décadas Uruguay ha vivido en reformismo perpetuo pero no ha logrado invertir decisivamente las tendencias negativas que presenta la educación media. Es nutrido el diagnóstico, tanto desde adentro de las sucesivas Administraciones como desde afuera; aun así, no es seguro que sea posible un consenso respecto a los problemas más evidentes. Según datos oficiales, rápidamente formulados ellos pueden resumirse en: (a) caída de la matrícula y de la tasa de cobertura; (b) altas tasas de repetición y abandono; (c) neutralidad de la institución educativa tradicional respecto a las trazas de origen socio cultural de los alumnos; (d) baja calidad relativa de los aprendizajes y competencias; (e) compromiso docente librado mucho más a la responsabilidad y vocación individual que a las dinámicas y señales institucionales.
El Uruguay ya está muy lejos de los países avanzados y si bien se destaca todavía en América Latina tiene un rendimiento educativo muy pobre si se toma en cuenta su mejor perfil de distribución del ingreso; algunas sociedades más desigualitarias presentan hoy mejores resultados en la comparación de los niveles de aprendizaje.
II

4. La educación media básica necesita medidas urgentes que combinen decisión firme y enérgica, con prudencia y pragmatismo. Si debe abocarse a una reforma ella ha de ser mucho más institucional que curricular; mas referida a principios y señales de la buena gestión que a los contenidos, planes y programas. Proponemos fundarla en tres premisas de carácter estratégico y transicional, esto es, en prácticas y compromisos cuyo cumplimiento permitirá más adelante el trazado de objetivos y metas de mayor alcance.
a) Hacia una nuevo compromiso docente. No hay posibilidad alguna de mejorar la educación media básica sin la participación y la responsabilidad del docente. Ello supone un cambio radical en el estatuto jurídico y en el escalafón que reconozca, incentive y premie la capacitación, tanto en el campo de las prácticas docentes como de investigación científica. El cuerpo docente debe ser mas exigido pero a partir del reconocimiento de sus desempeños mas allá de la mera antigüedad.
Este nuevo compromiso supone también el reconocimiento activo de que los derechos ciudadanos prioritarios son los de los estudiantes y sus familias.
b) Hacia una nueva institución de educación media. Cada liceo deberá estar sostenido por un proyecto de centro comunicable a la sociedad y evaluable, a cargo de un equipo cuya dirección sea efectivamente capaz de reunir un cuerpo docente estable y con alta dedicación. La dirección contará con potestades jurídicas y con los recursos humanos y materiales por los que deberá responder y rendir cuenta a la comunidad.
En un plazo de 5 años habrán de construirse o acondicionarse tantos locales liceales como lo demande un tipo de institución de escala razonable (entre 400 y 600 estudiantes). La Administración velará porque los centros de excelencia, estales o privados, atiendan preferentemente a los sectores más pobres y en desventaja socio cultural.
c) Hacia un nuevo compromiso entre la educación media con la ciudadanía. El eje de dicho estatuto de convivencia es la rendición de cuentas entendida como sistema de información y monitoreo de prácticas y resultados medidos por centro, y puesto a disposición de la ciudadanía a través de mecanismos públicamente reconocibles. El liceo rinde cuentas, construye su tradición, se compara y se mejora; los alumnos y sus familias se involucran en la institución; la Administración asegura transparencia y se aplica especialmente a compensar los cuadros deficitarios y a promover las mejores experiencias. (En este sentido y a título de ejemplo, se considera conveniente profundizar y mejorar programas de gran interés como el de Impulso a la universalización del ciclo básico y otros similares de educación media básica que se desarrollan actualmente).

5. Lo que se hace en el aula y en la institución debe constituir la base a partir de la cual el liceo sea un lugar para aprender, para madurar, para hacer amigos y para acercarse al mundo del trabajo y de las vocaciones sometido hoy a cambios vertiginosos. La escala es una clave de este logro aparentemente modesto pero pendiente, acuciante y obviamente oneroso. También remite a la escala la actual y vetusta la fragmentación y dispersión de contenidos curriculares.

El liceo debe dar lugar a una socialización en la que los alumnos y los docentes son personas, libres y responsables, un lugar donde los desempeños sean reconocibles.

Partido Independiente, 17 de febrero de 2010

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