La Junta Federal del Partido Independiente resolvió hace unas semanas reafirmar su identidad electoral independiente en las próximas elecciones departamentales de mayo de 2010.
Para un partido minoritario la instancia electoral de mayo es particularmente difícil y ardua. En efecto, los debates preelectorales se concentran en torno a la elección de los Intendentes Departamentales y, como en estas elecciones no hay segunda vuelta, las opciones del voto ciudadano tienden a concentrarse entre las opciones que tienen chance de alcanzar la Intendencia.
Como si faltara algo adicional para desalentar el voto a las opciones minoritarias, el partido ganador obtiene automáticamente la mayoría de los cargos en la Junta Departamental, por lo que en muchos casos los porcentajes requeridos para alcanzar un cargo de Edil Departamental aumentan sustancialmente.
Por otra parte, no está instalada en la cultura política ciudadana la importancia de votar por ediles departamentales. Apenas se ha logrado implantar la importancia de votar parlamentarios en el plano nacional, más difícil es crear conciencia sobre la obtención de representación en un órgano que se integra con mayoría automática para el partido del Intendente ganador y sobre el que no existe una evaluación de poder significativa.
Es notorio que las disputas electorales departamentales se concentrarán, en cada Departamento entre las dos o tres alternativas que posean chances claras de alcanzar la Intendencia.
Sin embargo, a pesar de que los argumentos racionales indican con claridad que el balance costo-beneficio es notoriamente adverso a las oportunidades electorales del Partido Independiente, hemos decidido mantener desplegadas las banderas electorales en la mayor parte de los Departamentos posibles.
Esto no significa que nos presentemos en todos los Departamentos, seguramente habrá situaciones (las menos) en las que los dirigentes departamentales determinarán que no es posible abrir una alternativa electoral. Pero ciertamente en casi todo el país habrá nuevamente cuatro opciones electorales disponibles.
Pero, además, la conducción del Partido Independiente resolvió descartar la eventualidad de alianzas electorales, de cara a las elecciones departamentales de mayo, con ningún otro partido. Esta postura política reafirma la convicción de que no nos sentimos representados por los restantes partidos y que nuestra fe independiente sigue intacta.
De esta forma el Partido Independiente dará un nuevo paso de consolidación política aumentando su presencia en estas instancias electorales y demostrando, una vez más, que existen motivaciones más profundas para asumir el desafío de representar a los ciudadanos que un mero cálculo electoral de posibilidades.
Si sólo así se hubiera actuado en la historia política de este país, seguramente nada hubiera cambiado nunca. Solo se logra crecer y, por lo tanto, transformarse en una alternativa de poder, si previamente se asume con valentía y coraje la necesidad de representar ideas, propuestas e ideales más allá de las chances electorales racionales.
Reiterando la fidelidad a nuestras más firmes tradiciones, los independientes hemos reafirmado nuestro camino, con la fortaleza y solidez que surge de nuestras convicciones, razón última de nuestro compromiso político.
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